Científicos estadounidenses
identificaron las sustancias químicas más cancerígenas presentes en el entorno
cotidiano que las mujeres deberían evitar para disminuir los riesgos de cáncer
de mama, en una pista que consideran importante para su prevención.
La investigación, publicada
el pasado mes de mayo en la revista Environmental
Health Perspectives, confirma asimismo que los productos químicos que
provocan tumores cancerígenos en las glándulas mamarias de las ratas también
están vinculados al cáncer de mama en los humanos.
El estudio elaboró una lista
de 17 sustancias cancerígenas prioritarias porque provocan tumores mamarios en
los animales, a los que muchas mujeres están expuestas.
Se trata de productos
cancerígenos presentes en la nafta, el gasoil y otras sustancias que emanan de
los vehículos, así como ignífugos, solventes, corrosivos de pinturas y
derivados de desinfectantes usados en el tratamiento del agua potable, entre otros.
"Esta investigación
brinda elementos para prevenir el cáncer de mama identificando productos
químicos prioritarios a los cuales las mujeres están más a menudo expuestas y
muestra también cómo controlar esta exposición", explica el médico Ruthann
Rudel, director de investigación en el Instituto
Silent Spring de Newton (Massachusetts, noreste), coautor de la
investigación.
"Estas informaciones
guiarán los esfuerzos por disminuir el contacto con estas sustancias ligadas al
cáncer de mama y ayudarán a los investigadores a estudiar cómo las mujeres se
ven afectadas", añade.
Las investigaciones llevadas
a cabo hasta ahora sobre el cáncer de mama no tomaban en cuenta la exposición
de mujeres a una gran cantidad de productos químicos, sobre todo por la falta
de información acerca de los productos que había que analizar para probarlos.
Según estos investigadores,
los grupos de consulta de expertos de la Casa Blanca, el Instituto
Estadounidense de Medicina y el Comité de coordinación para la investigación
medioambiental y el cáncer de mama subrayaron que las sustancias químicas
presentes en el entorno cotidiano eran una pista prometedora para la prevención
de tumores malignos mamarios.
Reducir la exposición a
productos químicos
"Todas la mujeres en
Estados Unidos están expuestas a sustancias químicas que podrían aumentar el
riesgo de cáncer de mama, pero lamentablemente este vínculo es ampliamente
ignorado", comentó Julia Brody, directora general del Silent Spring Institute y coautora del estudio.
"Reducir la exposición
a los productos químicos tóxicos podría salvar la vida de muchas mujeres",
consideró, añadiendo que "cuando se habla a la gente del cáncer de mama,
no piensa en el riesgo que representan las sustancias químicas".
Finalmente, lamenta esta
investigadora, "los fondos asignados a la investigación sobre el vínculo
entre el cáncer de mama y los productos químicos en el entorno sólo representan
una parte ínfima del total".
"Es imprescindible que
las industrias y el gobierno actúen para reducir la exposición a las sustancias
más peligrosas", insistió Kristi Marsh, autora de una obra sobre el tema
llamado "Little Changes".
Un cáncer de mama le fue
diagnosticado cuando tenía 35 años y Marsh, que no poseía antecedentes
familiares, lo atribuye a una exposición a químicos cancerígenos.
Para Dale Sandler, principal
epidemiólogo del Instituto Nacional
estadounidense de Ciencias de Salud Medioambiental (NIEHS), "esta
investigación examina de manera extensa y profunda los datos toxicológicos y
los biomarcadores vinculados al cáncer de mama".
También es una
"importante fuente de información" para estudiar el vínculo entre el
entorno y el cáncer, dice.
Los Institutos Nacionales de
la Salud (NIH) van a incorporar recomendaciones del estudio al tiempo que se
preparan para probar muestras mamarias de unas 50.000 mujeres en el marco de
una investigación sobre hermanas para determinar las causas del cáncer de mama.
Publicado en El País
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